Bienvenida al juez Baltasar Garzón

Juez Baltasar Garzón (izq.) y Carlos Santos

   El juez español Baltasar Garzón, nacido en la localidad de Torres, provincia de Jaén, Andalucía, fue declarado Huésped de Honor de la ciudad de La Plata, que visitó el 12 de agosto de 2010 y donde además asistió a la presentación de un informe sobre torturas y visitó un lugar que testimonia los horrores de la última dictadura. En representación de las instituciones andaluzas estuvieron presentes D. Carlos Santos Valle, vocal por Argentina en el Consejo de Comunidades Andaluzas, y el Prof. Guillermo Pilía, Director de la Cátedra Libre de Cultura Andaluza de la Universidad Nacional de La Plata, de la que el juez Garzón recibió oportunamente un doctorado honoris causa.
   En dialogo con al ex magistrado de la Audiencia Nacional Carlos Santos le expresó el orgullo por su visita a nuestro país de sus paisanos andaluces radicados en la ciudad de La Plata, como así también ponerlo en conocimiento de la creación de la Cátedra Libre de Cultura Andaluza dependiente de la Presidencia de la Universidad Nacional de La Plata, a través de la Secretaría de Extensión Universitaria, teniendo entre sus objetivos, la promoción de la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres desde una visión de sociedad de iguales que incorpore nuevas formas de convivencia más democráticas y ecuánimes; y promover, en general, el diálogo multicultural, multirracial y plurirreligioso, el ejercicio de la tolerancia y de la convivencia y el enriquecimiento en la diversidad, tal como lo ha demostrado el pueblo andaluz a lo largo de su milenaria historia. Objetivos todos que son visiblemente acordes con su tesonera lucha a favor de los derechos humanos.
   A la par de expresarle el beneplácito de los andaluces y descendientes de andaluces por su visita a la ciudad de La Plata, el Director de la Cátedra Libre de Cultura Andaluza, Prof, Guillermo Pilía, interiorizó al ex magistrado andaluz de la actividad actual y futura del espacio académico y le manifestó que más allá de los dolorosos motivos que justificaban su presencia, los integrantes de la Cátedra se mostraban altamente satisfechos con la llegada a estas latitudes de un andaluz que encarna los ideales que ya señalaba Blas Infante en el Himno: un andaluz para Andalucía, España y la Humanidad, un hombre de luz que intentó a través de su magistratura darle alma de hombre a los todos los hombres.